El único requisito presencial es recoger la tarjeta física de la eResidency,
en alguna de las embajadas de Estonia repartidas por el mundo
xataca
Para tener una empresa en Estonia no
hace falta irse a vivir allí. Es una idea sencilla, pero para llevarla a cabo
hace falta un país
totalmente digitalizado. Un país donde los trámites se puedan hacer desde el
móvil y no haga falta pedir cita en distintas oficinas para dar cualquier paso.
Estonia tiene el 99% de sus servicios públicos online y esto tiene una ventaja
clara: las tareas administrativas se pueden hacer desde cualquier parte del
mundo. Y si no hace falta estar allí, ¿por qué hace falta ser estonio para
disfrutar de estas ventajas?
e-Residency, una genial idea dentro
del mundo digital. En 2014, Taavi Kotka, ex-CIO
(Chief Information Officer) de la República de Estonia, encontró la solución a
uno de los problemas que tenía su país. Siendo tan pocos habitantes y estando
tan lejos del centro de Europa, ¿cómo podían crecer en empresas? La respuesta
fue el programa
e-Residency. Consiste en permitir a cualquier persona del mundo
hacerse residente digital de Estonia, con la posibilidad de acceder a sus
servicios, poder crear una empresa allí y gestionarla como cualquier otro
ciudadano del país.
Inicialmente se pensó en
emprendedores de Latinoamérica o de Asia para que pudieran crear una empresa en
un país europeo y acceder a todos los beneficios de las empresas con residencia
en la Unión Europea. Sin embargo, al cabo de poco tiempo se dieron cuenta que
el 70% de las personas que se apuntaron provenían de la propia Unión Europea.
¿Por qué un español, por ejemplo, querría crear una empresa en Estonia? La
respuesta otra vez estaba en la facilidad de crear y gestionar una empresa
allí, en comparación con la extenuante burocracia de aquí.
Si no tienes trabajadores propios,
búscalos en otros país. El programa empezó siendo un nicho, pero con el paso
de los años han alcanzado una fuerza notable. A principios de 2022 cuentan con más de 92.000 e-residentes,
distribuidos entre 178 países. Puede parecer un número pequeño,
pero teniendo en cuenta la población activa de Estonia, que no alcanza las
650.000 personas, este programa ha permitido al país incrementar en casi un 10%
su fuerza laboral.
No todos los e-residentes tienen una
empresa activa en el país. Según los datos del gobierno de Estonia,
aproximadamente un tercio de ellos sí la tiene. Esto es, unas 21.500 empresas
han sido creadas en Estonia, pero en realidad son gestionadas por personas
extranjeras.
Unos 90 españoles al mes se hacen
e-residentes. En total hay 3.450 e-Residentes desde España.
Personas que han decidido que era más fácil crear una empresa digital
directamente desde Estonia que no tener que hacerlo en España. Lauri Haav, Director
General del Programa de e-Residencia, explica a Xataka que "desde la
pandemia hemos detectado un gran número de solicitudes de residentes
españoles". De media, unas 90 personas cada mes se apuntan a este
programa.
España sigue lejos de Rusia,
Finlandia, Ucrania, Alemania y China, que respectivamente son los países donde
hay más e-Residentes. Nuestro país se sitúa en el puesto nº13, pero somos el
sexto país que más empresas crea a través del programa, dejando evidencias de
que si un español se apunta a este programa, es por su interés en crear una
empresa allí.
Crear una empresa en Estonia son unos pocos clics. En 2002 todo cambió en Estonia, con la introducción de la firma digital cualificada. Desde entonces, toda la administración está preparada para realizar procesos oficiales a través de la web. Este sistema permite que, entre otras cosas, crear una empresa sea cuestión de un par de clics. Según nos describen algunos e-residentes, es cuestión de ir al portal de registro de compañías y solicitar la licencia en el registro de actividades económicas. Un proceso totalmente online que no requiere mucho más de 10 minutos.
¿Lo puede hacer cualquiera? No tan
rápido. Aquí es donde entra el programa de e-Residency. Y es que la creación de
una empresa por esta vía está reservada a los ciudadanos de Estonia o a
aquellos que sean e-residentes.
Cuánto se tarda en conseguir la
e-residencia. Este tipo de trámites sería una locura describir
aquí, pero el proceso es relativamente fácil. El primer paso es registrarse
en la web de e-Residency. En unos minutos y tras dar algunos datos personales,
será cuestión de esperar a que la Policía Fronteriza de Estonia acepte la
solicitud.
Teóricamente tienen 30 días para
contestar, pero Haav apunta que la media se encuentra en unos 20 días, con una
tasa de aprobación del 85%. Habitualmente suele ser incluso superior, pero
debido a la guerra de Ucrania, desde el gobierno de Estonia están revisando con
más atención las distintas aplicaciones para evitar que se creen empresas en
Europa que puedan ser problemáticas. En esta línea, Haav explica que desde hace
unos meses han bloqueado las solicitudes provenientes de Rusia.
Si todo va bien, la persona podrá
recoger su tarjeta de e-Residency en una embajada de Estonia cercana en un
periodo de entre 2 y 5 semanas. Este es el único punto donde la persona debe
asistir presencialmente, ya que se requiere la huella dactilar para confirmar
la solicitud. Una vez se tenga el kit de e-Residency, la persona ya podrá
acceder a los distintos servicios del gobierno de Estonia, entre ellos la
creación de una empresa digital.
"La Embajada de Estonia en
Madrid es uno de los lugares de recogida de tarjetas de identificación más
concurridos del mundo", explica Lauri. Esto es debido a que muchas
personas de Latinoamérica no tenían otra más cercana, hasta que en 2021 se
abrió la sucursal de Brasil.
El único requisito presencial es
recoger la tarjeta física de la eResidency, en alguna de las embajadas de
Estonia repartidas por el mundo.
¿Y la letra pequeña? Solicitar
la e-Residency tiene un coste de 120 euros, sin tasas anuales, aunque al cabo
de cinco años hay que pagar la misma cantidad para renovarlo. La tarjeta física
tampoco la podremos perder, ya que la necesitaremos para hacer los trámites
online. En caso de perderla, también habrá que pagar.
Para crear una empresa, además de
aplicar en el registro necesitaremos una cuenta bancaria. Esta puede ser
abierta totalmente online y también se puede optar por una fintech. Sin
embargo, distintos e-residentes nos explican que, de todos los procesos online,
este quizás es el más conflictivo si no tenemos previamente una cuenta en otro
banco.
Abrir una empresa en Estonia supone
un pago de 190 euros y un pago de entre 200 y 400 euros al año en mantener la
dirección legal. Pero el nivel de tasas es muy bajo y el país se enorgullece de
tener el primer
puesto en el Índice de Competitividad Fiscal Internacional; no existiendo
el impuesto de sociedades ni tasas en beneficios reinvertidos.
"Es la libertad de poder llevar
tu negocio contigo". Ignacio
Nieto Carvajal, e-residente español y fundador de la empresa
Companio, cuenta a Xataka su visión sobre el programa.
"Al principio dije suena
demasiado bueno para ser verdad. Pero investigué sobre el tema y dije wow. Era
algo serio soportado por el gobierno", relata Carvajal, quien decidió en
2016 junto a su socio cerrar su empresa en España y abrirla en Estonia.
"El cambio fue como de la noche a la mañana. No había papeleo, era todo
super sencillo incluso para alguien como yo".
Tras descubrir e-Residency, Carvajal
apostó por crear una empresa de soporte en español para quienes buscaran abrir
una empresa en Estonia. "Ofrecemos dirección legal en Estonia, apoyo con
todo lo relacionado con negocios, shareholders, contabilidad...".
"e-Residency está pensado para
una persona cuyo negocio es digital y no quiere estar atado a una localización
física. Encaja muy bien con esta tendencia de empresas con teletrabajo
total", apunta Carvajal. ¿A quién le recomendarías el programa?, le
preguntamos. "Pienso en dos perfiles. Por un lado emprendedores con
experiencia que ya estén cansados en España y aprecien las ventajas del sistema
estonio. Por otro gente joven, a quienes les da urticaria pensar en ir a una
administración y les fascina todo lo online".
En Estonia no existe la cuota de
autónomos. Carvajal nos describe cómo funciona el tema de los impuestos: "en
Estonia no se pagan casi 300 euros al mes de cuota de autónomos. Se paga cuando
se distribuyen dividendos, además de las tasas por tener empleados. Si tú eres
español y tienes la empresa en Estonia, lo normal es que pagues impuestos allí
salvo con los dividendos". Entre España y Estonia existe un acuerdo de
doble tasación. En Estonia se paga un fijo de un 20%. Si en España toca pagar,
supongamos, un 23%. El 20% inicial se paga en Estonia y el 3% restante debe
declararse aquí.
Ejemplos de trámites online que en
España son impensables. "En España parece que vamos hacia atrás",
reflexiona Carvajal. "Cuando en Estonia están pensando cómo simplificar
todavía más y que por ejemplo no necesites una dirección legal, en España están
pensando cómo complicar todavía más las cuotas de autónomos".
El e-residente español describe
algunas ventajas y diferencias. "Allí todo está en estonio, ruso e inglés.
Y si necesitas por ejemplo el número EOI para vender mercancías, en cinco
segundos lo obtienes". En el caso de las bajas del médico también hay
diferencias: "si uno de mis empleados se pone malo, me llega un correo del
médico firmado digitalmente por el médico y el empleado, con los detalles que
este último haya decidido compartir. Yo solo tengo que clickar y firmar
digitalmente y la baja ya está tramitada".
Otro caso más complejo que también
se resolvió en un par de clics es cuando uno de sus empleados no superó el
periodo de prueba pero se llevó el portátil de la empresa. "Puse una
denuncia online en un formulario y al cabo de unas semanas me llegó un correo
diciendo que ya habían obtenido el portátil y podía recogerlo".
De fondo, todo se basa en un sistema
de firma digital certificada y un sistema de permisos. "Cuando se dice que
es transparente es porque la información de toda la empresa es pública. Desde
nombres, apellidos hasta los porcentajes de la empresa que tenemos". Todo
gira en torno a una firma digital que, en palabras de Carvajal, "preocupa
muchísimo al gobierno", pero que en su opinión "la respuesta es super
rápida" en materia de
seguridad y corrección de vulnerabilidades.
No es lo mismo una empresa de Brasil
o Sri Lanka, que una de la Unión Europea. Cada historia es diferente, pero
los distintos e-residentes coinciden en la facilidad de gestión de una empresa
en Estonia, en comparación con las innumerables trabas administrativas de sus
países de origen. Un ejemplo lo da Alagan
Mahalingam, fundador de RootCode. En Sri Lanka disponía de unos 20 empleados, pero
hacerse e-residente y abrir la empresa en Estonia le permitió acceder al
mercado europeo y crecer hasta los 90 empleados.
Cuando se le pregunta sobra la
importancia de e-Residency es bastante contundente: "decir que somos una
empresa de Estonia en vez de Sri Lanka nos permitió hacer muchos negocios que
de otra manera no habrían sido posibles". Mahalingam explica que Sri Lanka
cuenta con muy mala fama, debido a malas prácticas bancarias. En cambio tener
una entidad legal en la Unión Europea fue muy bueno no solo para los negocios
en Europa, también para los de Estados Unidos. "Nunca he firmado un papel.
Todo es muy transparente y puedes ver los documentos necesarios online",
describe el CEO de RootCode.
Alagan Mahalingam, CEO de RootCode y
original de Sri Lanka, explica cómo se hizo eResident para poder tener una
empresa europea fácilmente. Imagen: Raigo Pajula.
Michele García, experta de
marketing en HubSpot, explica que se hizo e-residente porque dos amigos se lo
comentaron. "Brasil es un país muy burocrático", apunta. Sin embargo,
ella valora especialmente la comunidad y la marca de Estonia. "Allí no hay
apoyo del gobierno, ni incubadoras que te apoyen, ni acceso a abogados ni apoyo
de una comunidad activa de emprendedores. A veces se ve a los emprendedores de
Brasil como personal barato. El programa e-Residency es una gran oportunidad de
networking y de posicionarse como una empresa internacional".
"Mientras el resto de países no
haga nada, tenemos una gran ventaja". Estonia fue pionera en permitir a
emprendedores foráneos crear una compañía sin poner pie en territorio estonio,
pero no es el único país. Georgia, Lituania, Azerbaiyán, Dubai y Portugal disponen de
programas similares, pero ninguno de ellos está tan desarrollado.
Lauri Haav, director del programa
e-Residency, cree que Estonia tiene varios años de ventaja sobre el resto de
países. "No se trata que otros países vayan a conseguir más emprendedores.
Tampoco es una cuestión de porcentajes, tasas ni tener una aplicación en
concreto. Es contar con un ecosistema digital sólido. Que todo el mundo utilice
nuestros servicios es el gran reto".
Este ecosistema donde casi todos los
trámites se pueden hacer online es lo que más diferencia a Estonia del resto de
países. "¿De qué sirve dar una e-residencia si luego no puedes hacer
ningún trámite a distancia?", apunta Haav. Y nos da un ejemplo. "Portugal
en su programa no permite conseguir a distancia una identificación de la
empresa. Nuestra parte de la firma digital cualificada es la más
importante".
El propio fundador del programa
e-Residency cree que el gobierno de Estonia podría acelerar su funcionamiento. La
mentalidad de gran parte del gobierno de Estonia es muy parecida a la de una
startup de Silicon Valley. Se busca la agilidad, se abraza lo digital y no hay
muchos reparos en externalizar los servicios a empresas privadas. Un ejemplo de
esta forma de pensar la tenemos en Taavi Kotka, padre fundador del programa
e-Residency mientras.
"Nuestro objetivo inicial eran
10 millones de e-residentes. Pero ni en Estonia el Gobierno es suficiente
rápido", explica Kotka. ¿De dónde sale esta cifra? "Básicamente nos
fijamos en la población de Suecia y dijimos que no podíamos ser menos",
comenta entre risas. El programa e-Residency se creó con la idea de que Estonia
tuviera un número enorme de empresas, sin estar limitado por la baja población.
Sin embargo, casi 10 años después de su puesta en marcha, las cifras están muy
lejos.
"El gobierno tiene demasiado
miedo al fraude. Va demasiado lento por temor a que haya quien lo utilice
mal", expone Kotka, quien pese a ser consejero del programa, ya no forma
parte del gobierno. "Me gusta el programa, pero ciertos pasos todavía
requieren mucho tiempo. Cambiar las huellas dactilares por el reconocimiento
facial permitiría poder realizar todo el proceso a distancia, sin necesidad de
perder el tiempo enviando el kit físico a las embajadas. Pero esto requeriría
estudiar una nueva ley, que pase por el Parlamento, por el Gobierno, que vuelva
al Parlamento.."
Atraer emprendedores digitales ya se
nota en la economía del país. El coste del programa e-Residency
para Estonia es muy pequeño en comparación con los beneficios. Son poco más de
un equipo de 30 personas, con un presupuesto de unos 5 millones de euros
anuales, pero han logrado generar, solo en tasas de empleados contratados, unos
35 millones de euros.
Lauri Haav apunta a la importancia
del programa e-Residency para la economía de Estonia: "Pese a que el
potencial de crecimiento es muy grande, e-Residency ya supone la tercera fuente
de ingresos directos para el país, solo por detrás de la energía y los bosques
estatales".
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