Heather Heying, bióloga evolucionista Incoherencia
Heather Heying y su marido, Bret
Weinstein, se doctoraron juntos en Biología, y juntos han recibido varios
premios por la calidad de sus investigaciones sobre la evolución y la
adaptación. Ahora publican en España el resultado de más de veinte años de
investigación, Guía del cazador recolector para el siglo XXI. Cómo adaptarnos a
la vida moderna (Planeta), que es número uno en ventas en EE.UU. y que plantea
lo siguiente: “Los principales retos a los que nos enfrentamos provienen de la
incoherencia entre el estilo de vida que tenemos y nuestro legado evolutivo. Hemos
evolucionado para vivir en clanes, pero no conocemos el nombre de nuestro
vecino. La supervivencia en las sociedades primitivas dependía de nuestras
diferencias sexuales que hoy se ponen en duda, y hemos alterado los hábitos de
alimentación, sueño y educación”.
-¿Somos cuerpos antiguos en un mundo moderno?
Somos evolución, pero nuestros cuerpos ancestrales no mantienen el ritmo
del cambio.
-¿Todo va demasiado deprisa?
La estructura de nuestros cuerpos apenas ha cambiado en los últimos 200.000
años, pero los contextos que nos rodean no han dejado de cambiar a una
velocidad cada vez mayor.
-¿Y?
Afrontamos retos para los que nuestras estructuras mentales y fisiológicas
no están preparadas. Generamos nuevos problemas a gran velocidad y eso afecta a
nuestra salud física, mental, social y medioambiental.
-En eso somos los mejores.
Si no encontramos el modo de afrontar la novedad desaforada, la humanidad
perecerá víctima de su propio éxito.
-Pero vivimos la época más próspera de nuestra historia.
Cierto, pero, sin embargo, tal como indican las estadísticas, las personas
están más desganadas, enfadadas, extremas, ansiosas y deprimidas que nunca.
-¿El progreso nos sienta mal?
Se trata de una cuestión de hipernovedad. Somos los mejores y los más
capaces de hacer frente al cambio, pero nuestros cuerpos, cerebros y almas no
pueden seguir el ritmo.
-Nuestras almas, ¿a qué se refiere?
Somos más de lo que podemos comprender que somos, y parte de eso es la
conexión entre nosotros, la conexión con el medio natural y con los otros seres.
-¿La conciencia colectiva está desapareciendo o cambiando?
Utilicemos la metáfora de la hoguera: a lo largo de la historia las
personas se reunían en torno al fuego para compartir historias, esto es una
conciencia colectiva.
-Ahora nos reunimos en torno al móvil.
La tecnología es maravillosa, pero de acuerdo con nuestra estructura sería
aún más maravilloso si estuviéramos en la misma sala y pudiéramos compartir
átomos y moléculas y no solo nuestras voces e imágenes. Hemos aplanado nuestra
versión a solo dos dimensiones.
-¿A qué estamos renunciando?
En los países ricos se da un fenómeno peligroso al que llamamos el éxtasis
del lactante: la renuncia a la conciencia colectiva a través de una serie de
decisiones económicas y sociopolíticas poco convenientes a largo plazo.
-¿Somos cortoplacistas?
Si escribes en Twitter una reacción visceral, vas a estar enfadado, a ser
menos eficaz en el trabajo y a tener peores relaciones ese día.
-Todo eso antes no pasaba.
Hace 10.000 años si ponía unas piedras para cruzar un riachuelo y me iba al
agua, aprendía, porque todo se resumía a causa y efecto. Hoy por hoy, los
sistemas son tan complejos que perdemos el control.
- La medicina ha evolucionado para bien.
Hace 30 años aún se pensaba que lo correcto era bajar la fiebre, sin
embargo ahora sabemos que la fiebre es la respuesta adaptativa del cuerpo a un
patógeno. El cuerpo sabe que el patógeno no sobrevive a altas temperaturas, y
si reducimos la fiebre ayudamos al patógeno.
-¿Qué me quiere decir?
Es uno de tantos ejemplos del pensamiento de la biología evolucionista que
no ha llegado a las corrientes principales. El problema es que somos arrogantes
y reduccionistas.
-¿Reduccionistas en qué sentido?
Si divides un gran sistema en partes y las catalogas e identificas, el
sistema siempre será mayor que la suma de las partes.
-¿Es una verdad científica?
Sí. Por ejemplo, reducimos los alimentos a química. Durante nuestra
historia las cosas que sabían ricas eran buenas para nosotros. Antes chupábamos
caña de azúcar, hoy fabricamos productos con azúcar. Hemos convertido un bien
para nosotros en un mal.
-¿Cuáles son las principales disfunciones que ha creado la aceleración?
Psicológicamente, físicamente y socialmente no estamos sanos. Físicamente
tenemos
dolencias y enfermedades que antes no existían , el sedentarismo, la
contaminación.
-Psicológicamente.
Solemos llevar una vida muy desconectados unos de otros; aunque vivamos
hacinados en ciudades, nos sentimos solos y la respuesta suele ser
farmacológica en lugar de social. Nos falta la hoguera.
-¿El Homo sapiens tenía insomnio?
Solo ocasionalmente. A menudo lo que nos mantiene en vilo son la luz del
exterior, el ruido y la luz azul de las pantallas.
-¿Estaríamos sanos si siguiéramos el ciclo de la naturaleza?
Si pudiéramos experimentarlo uno o dos años, nuestros cuerpos y mentes se
transformarían, pero vivimos en función del reloj, que es algo absolutamente
artificial.
-¿El problema es evolutivo?
Sí, y la solución también. Deberemos repensar nuestras capacidades y
necesidades sociobiológicas y actuar en consecuencia.
IMA SANCHÍS La Contra Click
News