La política tributaria de la Generalitat
La ATC recauda 294 millones, de los que 49,5 son por cambios de residencia
La Consellera de Economía, Natàlia Mas
Cada vez hay menos deslocalizaciones fiscales ficticias fuera de Catalunya,
pero las que se detectan son de contribuyentes con más recursos. El año pasado
fue el ejercicio en el que se levantaron menos actas por residencias fiscales
fraudulentas: 24 frente a las 45 del año pasado. Quizás porque el grueso de
aquellos contribuyentes que quisieron irse de Catalunya de manera irregular en
busca de una fiscalidad más baja ya lo han hecho, o bien no han sido detectados
por la inspección.
La Generalitat ha conseguido aflorar 49,4 millones de euros en el 2022 con
las 24 deslocalizaciones detectadas frente a los 28,7 millones del ejercicio
anterior. La secretaria de Hisenda de la Generalitat, Marta Espasa, reflexionó
este miércoles –tras presentar los datos de la actuación inspectora– que se
constata que “cada vez hay menos deslocalizaciones hacia otras comunidades”. De
los citados 24 cambios de residencia falsos, solo 10 fueron hacia otras
comunidades autónomas, mientras que el resto se dirigió hacia el extranjero. A
juicio de Espasa, “el impuesto sobre las grandes fortunas reduce el incentivo”
a cambiar de domicilio porque se obliga a pagar un tributo alternativo al de
patrimonio en las comunidades, como Madrid y Andalucía, donde está bonificado al
100%.
En opinión de la consellera de Economia, Natàlia Mas, no hay una fuga de
contribuyentes a otras comunidades de baja tributación: “Por lo que respecta a
Catalunya, no notamos que tenga una afectación significativa”. Lo que no se
puede saber es cómo evolucionaría la recaudación y el número de contribuyentes
de renta alta si no existiera la política fiscal a la baja de autonomías como
Madrid, donde el IRPF es significativamente más bajo que en Catalunya.
En el periodo 2019-2022, la recaudación por cambios ficticios de residencia
al extranjero (113 millones) multiplica por 11 lo recuperado por traslados
falsos de domicilio a otras comunidades (11 millones). Esa tendencia se mantuvo
el año pasado, cuando 10 regularizaciones por traslados fraudulentos generaron
4,5 millones de recaudación frente a los 44,9 millones de las 14
deslocalizaciones fiscales ficticias al extranjero. Eso significa que la gran
bolsa de fraude no tiene origen en el dumping fiscal de Madrid, sino en el
extranjero. Entre las acciones de inspección, hace años que Hacienda vigila las
residencias de personas como los youtubers que han ido a vivir a Andorra.
La Agència Tributària de Catalunya (ATC) persigue de oficio todos los
cambios de domicilio fiscal de contribuyentes a partir de un importe
determinado de nivel de renta. El Departament d’Economia informó que en los
últimos cuatro años se practicaron 814 requerimientos de información por
sospechas de cambios de residencia fraudulentos. De estos, un 18% acabó en una
acta de liquidación. En paralelo, el fisco catalán llevó a cabo 88
liquidaciones por importe de 60 millones por bienes situados en el extranjero y
que no habían sido declarados.
Cifras
Entre el 2019 y el 2022 se recuperaron 1.055 millones, de los que un tercio
proviene de sucesiones
Espasa insistió en que los impuestos de patrimonio y de sucesiones y
donaciones generan inseguridad jurídica porque hace más de 30 años que no se
ajusta su legislación. No se han llevado a cabo cambios normativos, como sí que
ha sucedido en otros tributos.
La Agència afloró el año pasado fraude fiscal por 294 millones, lo que
supone un descenso del 13,27% con relación al 2021, cuando se batió un récord
con 339 millones, porque el año anterior, el de la pandemia, quedaron
paralizados muchos procesos. Por impuestos, la ATC afloró 84 millones en el de
transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados (-3,44%), 5 millones
en el impuesto sobre el juego (+ 66%) y 2 millones en otros impuestos propios,
la misma cantidad que en el 2021.
Es en el impuesto sobre el patrimonio en el que más afecta la acción
inspectora. Aunque Espasa detalló que no siempre coincide el momento del
ingreso efectivo con el del acta levantada, lo cierto es que en patrimonio es
donde proporcionalmente se detecta más fraude. En el 2022, la Generalitat
ingresó 721,6 millones de impuesto sobre el patrimonio mientras el fraude
aflorado es de 100 millones, lo que equivale a un 13,9%. En cambio en
sucesiones y donaciones el año pasado se ingresaron 937,1 millones y el fraude
aflorado de 102,8 millones equivale al 10,9%.
De los 1.055 millones recuperados entre el 2019 y el 2022, el 39,4% total
del fraude fiscal procedió del impuesto de sucesiones y donaciones. Por otra
parte, la Generalitat ha diseñado un nuevo plan de reducción del fraude fiscal
para el periodo 2023-2026 que incluye 70 medidas, 22 de ellas nuevas, y siete
ámbitos de actuación.
31/03/2023