martes, 31 de mayo de 2022

"El cambio fue como de la noche a la mañana": por qué hay españoles cerrando sus empresas y abriéndolas en Estonia por Internet

 


El único requisito presencial es recoger la tarjeta física de la eResidency,
en alguna de las embajadas de Estonia repartidas por el mundo

Enrique Pérez   @Lyzanor

xataca


Para tener una empresa en Estonia no hace falta irse a vivir allí. Es una idea sencilla, pero para llevarla a cabo hace falta un país totalmente digitalizado. Un país donde los trámites se puedan hacer desde el móvil y no haga falta pedir cita en distintas oficinas para dar cualquier paso. Estonia tiene el 99% de sus servicios públicos online y esto tiene una ventaja clara: las tareas administrativas se pueden hacer desde cualquier parte del mundo. Y si no hace falta estar allí, ¿por qué hace falta ser estonio para disfrutar de estas ventajas?

e-Residency, una genial idea dentro del mundo digital. En 2014, Taavi Kotka, ex-CIO (Chief Information Officer) de la República de Estonia, encontró la solución a uno de los problemas que tenía su país. Siendo tan pocos habitantes y estando tan lejos del centro de Europa, ¿cómo podían crecer en empresas? La respuesta fue el programa e-Residency. Consiste en permitir a cualquier persona del mundo hacerse residente digital de Estonia, con la posibilidad de acceder a sus servicios, poder crear una empresa allí y gestionarla como cualquier otro ciudadano del país.

Inicialmente se pensó en emprendedores de Latinoamérica o de Asia para que pudieran crear una empresa en un país europeo y acceder a todos los beneficios de las empresas con residencia en la Unión Europea. Sin embargo, al cabo de poco tiempo se dieron cuenta que el 70% de las personas que se apuntaron provenían de la propia Unión Europea. ¿Por qué un español, por ejemplo, querría crear una empresa en Estonia? La respuesta otra vez estaba en la facilidad de crear y gestionar una empresa allí, en comparación con la extenuante burocracia de aquí.

Si no tienes trabajadores propios, búscalos en otros país. El programa empezó siendo un nicho, pero con el paso de los años han alcanzado una fuerza notable. A principios de 2022 cuentan con más de 92.000 e-residentes, distribuidos entre 178 países. Puede parecer un número pequeño, pero teniendo en cuenta la población activa de Estonia, que no alcanza las 650.000 personas, este programa ha permitido al país incrementar en casi un 10% su fuerza laboral.

No todos los e-residentes tienen una empresa activa en el país. Según los datos del gobierno de Estonia, aproximadamente un tercio de ellos sí la tiene. Esto es, unas 21.500 empresas han sido creadas en Estonia, pero en realidad son gestionadas por personas extranjeras.

Unos 90 españoles al mes se hacen e-residentes. En total hay 3.450 e-Residentes desde España. Personas que han decidido que era más fácil crear una empresa digital directamente desde Estonia que no tener que hacerlo en España. Lauri Haav, Director General del Programa de e-Residencia, explica a Xataka que "desde la pandemia hemos detectado un gran número de solicitudes de residentes españoles". De media, unas 90 personas cada mes se apuntan a este programa.

España sigue lejos de Rusia, Finlandia, Ucrania, Alemania y China, que respectivamente son los países donde hay más e-Residentes. Nuestro país se sitúa en el puesto nº13, pero somos el sexto país que más empresas crea a través del programa, dejando evidencias de que si un español se apunta a este programa, es por su interés en crear una empresa allí.

domingo, 29 de mayo de 2022

El Pacífico y Tucídides en la ‘Era del Descenso Energético’

Los grandes bloques están tomando posiciones para mantener su hegemonía en un mundo con menos recursos y en el que las reglas del juego serán otras


El Submarino nuclear estadounidense USS Alexandria durante unas maniobras en la costa de California en julio. PETTY OFFICER 2ND CLASS COLBY MO / FLICKR

Aunque la invasión rusa de Ucrania parece situar el centro del teatro de operaciones en el Este de Europa, algo está ocurriendo un poco más alejado del foco, como entre bambalinas. Algo muy importante. El viraje del centro de poder del mundo desde el océano Atlántico hacia el Pacífico. Una mudanza que irá coincidiendo, paradójicamente, con un aumento de las posibilidades de conflicto bélico –incluso nuclear– a gran escala, en una era marcada por el descenso energético. Todo normal y bien.

La Administración Biden difundió hace pocos meses el documento Estrategia Indo-Pacífico en el cual declaran: “Ninguna región será más importante para el mundo y para los estadounidenses que el Indo-Pacífico”. Recientemente, China ha cerrado un acuerdo de defensa y seguridad con las Islas Salomón, un acuerdo insignificante, pero que ha puesto nerviosos tanto a estadounidenses como a australianos.

Estos sucesos que dibujan una tendencia peligrosa ya han sido analizados por Rafael Poch o Xulio Ríos, quien recientemente alertó del creciente riesgo de conflicto en Taiwán. También lo ha tratado Olga Rodríguez, que en este artículo señala que “la inercia hacia un marco de guerra, como si fuerzas irreversibles de la historia nos llevaran a ella, es evitable”. No podemos estar más de acuerdo con esa frase, y para ello, qué mejor que identificar qué fuerzas son esas, para tratar de entenderlas y así poder desactivar su aparente irreversibilidad.

La trampa de Tucídides 2.0

La trampa de Tucídides es un concepto creado en 2015 por el politólogo estadounidense Graham Allison. Hace referencia al conflicto entre Atenas y Esparta –narrado por Tucídides en Historia de las Guerras del Peloponeso– como una manera de explicar el dilema que existe entre una potencia hegemónica pero en decadencia (Esparta - Estados Unidos) y otra en ascenso (Atenas - China). El temor a que la potencia emergente acabe siendo la dominante llevó supuestamente a Esparta a iniciar una guerra contra Atenas, la cual ganó, evitando así el ascenso de su rival, aunque pagando un alto precio en forma de desgaste.

Los campeones de la Evasión Fiscal

La evasión fiscal no es un talento por el que haya que felicitar a las empresas, sino un robo

Eva Joly agosto 2020


Empecemos primero con un reconocimiento. Bravo a Dinamarca, que abrió el camino, pero también a Polonia, Italia y Francia, que han anunciado que las empresas con sede o filiales en guaridas fiscales —sin contar con actividad económica real— no tendrán derecho a contar con ayudas públicas para hacer frente a la crisis del coronavirus. Así, los gobiernos hacen saber al público que tienen en cuenta su frustración. Ya no es posible justificar los planes de austeridad que han puesto de rodillas a los servicios públicos, empezando por la sanidad, mientras se rescata a grandes grupos que ponen en la cuerda floja a sus trabajadores al tiempo que siguen pagando dividendos a sus accionistas o bonus a sus altos ejecutivos. Tampoco es políticamente aceptable hacer regalos a las multinacionales cuya creatividad en términos de evasión o elusión fiscal y optimización es ilimitada.

Por encima de todo, el objetivo es hacer que los grandes grupos paguen la parte justa de lo que les corresponde: estas promesas son, por supuesto, el resultado de la magnitud de la sangría de las finanzas públicas en un momento en que el producto interno bruto se está derrumbando con un ritmo acelerado – una caída de 7,2% en América Latina, según el Banco Mundial en 2020. En todas partes se está solicitando la intervención del Estado al rescate para evitar una explosión de desempleo y quiebras en cascada.

viernes, 27 de mayo de 2022

Personalidades Psicopáticas: Ceci se ha vuelto a enfadar

 

Según dicen los expertos en el tema de las personalidades psicopáticas, hay en la sociedad un 1% de psicópatas integrados, también llamados narcisistas perversos. Se les llama integrados porque no se comportan como los asesinos en serie tipo Anníbal Leckter, sino que pasan bastante desapercibidos, camuflados bajo la apariencia de personas completamente integradas en la sociedad. Según dicen también esos expertos, (y aquí empieza el debate) , hay más hombres que mujeres en una proporción variable de un 30% de mujeres y un 70% hombres . Otros expertos dicen que serían más o menos 50/50. Y lo que ocurriría es que ellas se camuflarían mejor, porque utilizarían con maestría el papel de víctimas inocentes y desatendidas

La psicopatía es un tipo de personalidad, no una enfermedad en sentido estricto. Son personas sin empatía, mentirosas, envidiosas, manipuladoras y sin escrúpulos morales, que usan a los demás y gozan siendo crueles, y amantes del control y el poder. Los jefes de las sectas serían un prototipo.

miércoles, 25 de mayo de 2022

EXCLUSIVA: 'SUISSE SECRETS'

 

Una filtración con los datos de más de 18.000 cuentas revela que Credit Suisse tenía dinero de docenas de clientes de alto riesgo, pese a que lleva dos décadas prometiendo tomar medidas contra los fondos ilegítimos

En muchos casos una simple búsqueda en Google habría servido al banco para detectar los problemáticos antecedentes de estos individuos, pero lo que hizo fue prestarles servicios financieros durante años

El banco suizo afirma que el 90% de las cuentas por las que se interesaron los periodistas "ya están cerradas o en proceso de cierre" y asegura que aplica "una política de tolerancia cero con la evasión fiscal"

Esta información forma parte de ‘Suisse Secrets’, una investigación periodística internacional centrada en la actuación de Credit Suisse. infoLibre es el único medio español de los 48 que participan en el proyecto

Logotipo del banco Credit Suisse en la entrada principal de su sucursal en Fráncfort (Alemania). EP

OCCRP / Süddeutsche Zeitung

Un jefe de espías de Yemen implicado en torturas. Los hijos de uno de los hombres fuertes de Azerbaiyán que gobierna su propio feudo montañoso privado. Funcionarios acusados de saquear la riqueza petrolera de Venezuela y de acelerar el hundimiento del país en la crisis humanitaria.

Vienen de todos los rincones del planeta, están vinculados con un régimen autoritario o corrupto y se han enriquecido de maneras diferentes. Pero hay algo que les une: dónde guardaban su dinero.

Por encima de sus relojes de lujo, sus montañas nevadas y su excelente chocolate, Suiza es sobre todo conocida por el secretismo de su sector bancario. Y en el corazón de esa industria está Credit Suisse, que a lo largo de sus 166 años de historia se ha convertido en una de las más importantes instituciones financieras del mundo.

Con cerca de 50.000 trabajadores y 1,5 billones de francos suizos en activos que le gestionan a 1.5 millones de clientes, este coloso financiero es “sólo” el segundo banco más grande de Suiza (por detrás de UBS). Una evidencia del predominio de este sector en la próspera y pudiente nación alpina.

Pero este brillante éxito tiene su lado oscuro, como revela la investigación periodística Suisse Secrets, basada en una filtración realizada hace más de un año al periódico alemán Süddeutsche Zeitung por una fuente anónima. Se trata de datos sobre más de 18.000 cuentas abiertas en el banco Credit Suisse. En la investigación han participado 48 medios y 163 periodistas de 39 países, coordinados por la organización OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project) y el Süddeutsche ZeitunginfoLibre es el único medio español que forma parte de este proyecto. [Puedes ver aquí la lista con todos los medios que participan en Suisse Secrets y las claves del proyecto, leer aquí las motivaciones que llevaron a la fuente a realizar la filtración y consultar aquí la versión oficial del banco].

Clientes problemáticos

Los documentos filtrados distan mucho de ser una lista completa de los clientes del banco, pero brindan una visión reveladora de lo que esconde la cortina del secreto bancario suizo.

jueves, 19 de mayo de 2022

El crecimiento infinito tiene límites y culpables

 


“La Tierra se merece un destino mejor que el que parece aguardarle en los años venideros”. La reflexión es del pionero de la lucha ecologista Murray Bookchin en Ecología de la libertad. Surgimiento y disolución de la jerarquía (Ed. Capitan Swing). Esos años venideros a los que hace referencia el autor son nuestra actualidad, puesto que el libro fue publicado por primera vez en 1982.

Antes de Bookchin, en el año 1972, la experta en dinámica de sistemas Donella Meadows mostraba las consecuencias del crecimiento descontrolado en un planeta finito en su libro Los límites del crecimiento (Ed. Capitan Swing). “El crecimiento tiene costes y beneficios y, por lo general, solemos pasar por alto los costes: la pobreza y el hambre, la destrucción del medio ambiente... ¡Precisamente los mismos problemas que intentamos resolver con el crecimiento!”. La receta de Meadows: “Un crecimiento mucho más lento, una diversificación del crecimiento y, en algunos casos, un crecimiento nulo o negativo”. Una receta de hace ¡cincuenta años!

Unos 90.000 millones de toneladas de materiales consumen cada año los países, muy por encima de los límites de sostenibilidad

La literatura, protagonista del pasado día de Sant Jordi, está llena de ejemplos de publicaciones que advierten del colapso ecológico del planeta de seguir por la actual senda de extracción de materias primas, emisión de gases de efecto invernadero, destrucción de la biodiversidad, generación de residuos... Una senda que tiene en Estados Unidos y Europa sus principales culpables, según un estudio internacional liderado por un investigador del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB).

martes, 17 de mayo de 2022

¿QUIÉN PAGA IMPUESTOS?

 


Mientras la recaudación por Impuesto sobre Sociedades se reduce un 40,59% en quince años, los recursos recaudados por IRPF e IVA aumentan un 30,27% y un 29,79%.

Daniel Raventós
La Marea

Huye de quien a la hora de hablar de fiscalidad diga “hay que subir los impuestos” o “hay que bajar los impuestos”. No sirve de nada decir que se quieren bajar los impuestos si no se especifica qué impuesto se quiere bajar, a quién se le va a bajar, cuánto se dejará de recaudar y, lo más importante, de dónde se recortará.

Porque cuando hablamos de impuestos estamos hablamos de la sanidad o de la educación pública que queremos. Es por ello que un sistema tributario basado en la progresividad fiscal -tal y como reconoce la Constitución española- cumple una de las funciones primordiales de las instituciones en un estado social de derecho: la redistribución de la riqueza.

Hablemos de impuestos. En el año 2007, el PIB del Estado español alcanzó 1,075 billones de euros (1.075.539 millones de euros) y el número de empresas en activo se situó en 3.336.657. En 2021, por su parte, el PIB ha sido de 1,205 billones de euros (1.205.063 millones de euros) y el número de empresas en activo incrementó hasta las 3.366.570, alcanzando el número más alto en la creación de empresas desde la gran recesión. También los ingresos fiscales han sido superiores en 2021 en comparación con 2007, pasando de 200.676 millones de euros a 223.382 millones (+11,31%).

Igualmente, los beneficios empresariales están de enhorabuena. Si bien es cierto que sería inútil obviar la pandemia y el parón económico, la realidad es que las compañías cotizadas en la Bolsa española consiguieron un beneficio récord de 64.021 millones de euros en el año 2021 -frente a los 9.389 millones de euros de pérdidas el año anterior-. No es de extrañar que Ana Botín afirmara recientemente que “aumentan los ingresos en todos los negocios” o que Josu Jon Imaz constatara que “ha sido un año extraordinario”. Y, si bien la recuperación ha sido más robusta entre las grandes empresas, también ha llegado a las cuentas corporativas de las pequeñas y medianas.

Pero, contrariamente a lo que se podría deducir, la recaudación del Impuesto sobre Sociedades no ha sufrido la misma suerte. Según los datos ofrecidos por la propia Agencia Tributaria, dicha recaudación ascendió hasta los 44.823 millones de euros en 2007, suponiendo el 22,34% del total ingresado. No obstante, en 2021, y aunque la recaudación por dicho tributo incrementara un 67,9% respecto al año en el que la COVID-19 paralizó la economía, solamente alcanzó los 26.628 millones de euros un 11,92% del total de los ingresos fiscales. Pero no solo los números absolutos son preocupantes. Lo es aún más la evolución del tipo efectivo sobre los beneficios que han pagado las empresas por Impuesto sobre Sociedades. En el año 2000, éste era del 21,42%, en 2005 del 19,69%, en 2010 del 8,95%, en 2015 del 9,83% y en 2020 del 8,30%. Es decir, en las últimas dos décadas ha caído un 61,25% lo que pagan las empresas por sus beneficios.

Inverso ha sido el comportamiento tanto del IRPF como del IVA, incrementándose la recaudación anual por cada uno de los tributos alrededor de 22.000 millones de euros. En cuanto al IRPF, se ha pasado de recaudar 72.614 millones de euros en 2007 a 94.596 millones en 2021. Mientras en 2007 el IRPF suponía el 36,18% del total de la recaudación, en 2021 comprendía el 42,35%. 55.851 millones de euros eran los que se recaudaron a través del IVA en 2007, incrementándose esta cifra hasta los 72.493 millones para el año 2021. Así, si en 2007 los recursos recaudados por IVA equivalían al 27,83% del total de los ingresos fiscales, en 2021 el porcentaje se elevó hasta el 32,45%.

La conclusión es clara. Mientras la recaudación por Impuesto sobre Sociedades se reduce un 40,59% en tan solo quince años, los recursos recaudados por IRPF e IVA incrementan un 30,27% y un 29,79% respectivamente. Extraña redistribución de la riqueza que mientras incrementa la presión fiscal sobre las rentas del trabajo y el consumo, la reduce sobre los beneficios empresariales.