Fue una de las
figuras más importantes de la editorial Ruedo Ibérico, creada desde el exilio y
contra la censura por su marido, José Martínez Guerricabeitia.
La activista
cultural Marianne Brull, que trabajó en la histórica editorial Ruedo Ibérico
publicando desde París libros censurados por el franquismo, ha fallecido esta
semana en Barcelona a los 87 años, según informa la agencia Efe. Nacida en
Suiza en 1935 como hija del exilio español, Brull fue una de las figuras más importantes
de Ruedo Ibérico, que gestionaba un grupo de refugiados políticos con
orientación antifranquista.
El objetivo era
publicar libros de historia, economía, sociología y política prohibidos por la
censura en España.
La editorial se
fundó en 1961y estuvo capitaneada por José Martínez Guerricabeitia (Valencia,
1921-Madrid, 1986), que fue el esposo de Marianne Brull. Ella entró en la
editorial más tarde, en 1970, y estuvo trabajando en múltiples funciones hasta
su liquidación, en 1982.
Los libros que
editaba llegaban inicialmente a la España franquista a través de personas que
acudían a Perpiñán, París u otras ciudades galas y los introducían por la
frontera.
En 1964 empezaron
las relaciones comerciales de Ruedo Ibérico con Rufino Torres, de Barcelona,
que sería su fiel distribuidor en España de forma clandestina.
En estos años,
Ruedo Ibérico también entabló relaciones con las más importantes editoriales
latinoamericanas. Entre los libros que se editaron figuraron títulos como La guerra civil española, de Hugh
Thomas, y El laberinto español, de
Gerald Brenan, que abrieron el catálogo.
Obras señaladas
También vieron la
luz gracias a Ruedo Ibérico obras como Falange.
Historia del fascismo español, de Stanley Payne, Historia de la España franquista, de Max Gallo, Los comunistas en España, de Guy Hermet,
Cuba, economía y sociedad, de
Martínez Alier, o Escritos sobre España y
La revolución permanente, de León Trotsky.
Con la Transición,
Ruedo Ibérico también desembarcó en Barcelona y en 1978 se hizo la presentación
oficial, con la asistencia del presidente de la Generalitat restaurada, Josep
Tarradellas. Sin embargo, la editorial no sobrevivió a la época en un momento
en el que grandes sellos empezaron a editar también libros de contenido
censurado durante el franquismo.
Tras la muerte del
dictador, Brull se instaló en el Poble Sec de Barcelona, donde ha vivido hasta
su muerte, el pasado día 8.
Marianne Brull era
también una apasionada del jazz, organizaba semanalmente conciertos de
improvisación en ateneos y librerías y tenía un vínculo especial con el
pianista mallorquín Agustí Fernández.
EL PERIÓDICO Barcelona
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