sábado, 16 de diciembre de 2023

Los cambios de residencia fiscal para pagar menos elevan la desigualdad

EL DEBATE SOBRE LA POLÍTICA DE IMPUESTOS
La mitad de la población sale perdiendo con la competencia en tributos, según el IEB

Una vista del distrito financiero de Madrid. La comunidad ha atraído en los últimos años contribuyentes de rentas altas gracias a su política fiscal Dani Duch

Eduardo Magallón
, Barcelona 10/12/2023

Los cambios de residencia fiscal en la búsqueda de una tributación más ventajosa incrementan las desigualdades porque reducen la “la capacidad redistributiva de los gobiernos”. El último IEB Report (elaborado por el Institut d’Economia de Barcelona-UB) analiza las consecuencias que tiene para la economía los cambios de domicilio fiscal de los contribuyentes con rentas altas.

Mathilde Muñoz, profesora de UC Berkeley e investigadora del NBER, explica en un estudio que el 50% de la población con ingresos más bajos “salen perdiendo en la competencia fiscal y siempre estarían mejor en una unión federal”. La estimación de la autora es que “su pérdida de bienestar oscila entre un 10 y un 20% de media, en función de las preferencias redistributivas”. En cambio, los contribuyentes que se van “salen beneficiados de la competencia fiscal, porque sus impuestos bajan con la movilidad provocada por la imposición cuando los países entran en un régimen de competencia fiscal”.
En Suiza, la bajada de impuestos para atraer contribuyentes ricos no derivó en un alza de la recaudación
El análisis se basa en la competencia fiscal entre estados, aunque la casuística puede ser similar dentro de un mismo país, como sucede en España. Isabel Z. Martínez, investigadora del KOF Swiss Economic Institute de la ETH Zurich, analiza lo que sucedió en el cantón suizo de Obwalden cuando en el 2006 el gobierno regional modificó unos tipos impositivos decrecientes con el objetivo de atraer a contribuyentes con patrimonios altos. “La reforma no incrementó los ingresos”, sentencia en un artículo la economista. “Los ingresos fiscales totales en Obwalden aumentaron con el tiempo, pero los ingresos por el impuesto de la renta en otros cantones aún aumentaron más en comparación”, sostiene. En el mismo trabajo y citando un informe anterior del 2010, Martínez recuerda que “los diferenciales impositivos en España motivaron respuestas migratorias que no fueron suficientes para compensar las pérdidas de ingresos mecánicas derivadas del hecho de bajar los tipos impositivos”.
Rafael Granell, investigador del IVIE, señala que “es evidente que si se te van de tu comunidad los que tienen renta más altas, tienes menos ingresos públicos”. Y recuerda que los traslados de domicilio fiscal son muy fáciles dentro de un mismo país.
La rebaja del bienestar de las familias puede situarse entre el 10 y el 20%

Alejandro Esteller-Moré, catedrático de Economía de la Universitat de Barcelona y coordinador del último IEB Report, explica que “dentro de un país cuando hay competencia fiscal entre dos comunidades autónomas al final hay una que pierde y otra que gana”. O pueden perder las dos en algunos casos. Lo que sugieren los estudios publicados por el IEB sobre Suiza o Estados Unidos –añade Esteller– es que el territorio que baja tipos de tributación no consigue más recaudación aunque lleguen más fortunas porque los impuestos bajan para todos. Y obviamente el territorio que pierde contribuyentes obtiene menos ingresos también. “A nivel de competencia entre países, puede tener un efecto positivo pero dentro de un mismo Estado no”, añade.
“Entre las comunidades autónomas la competencia fiscal debe existir en unos niveles razonables pero el problema es cuando entras en una competencia agresiva, como pasa a nivel estatal internacional con países como Irlanda o Luxemburgo”, reflexiona Jorge Onrubia, profesor de la Universidad Complutense de Madrid e investigador en Fedea.
¿En España tenemos competencia fiscal agresiva? “Creo que sí”, contesta, aunque matiza que hay un “pecado original” con la instauración de un impuesto a la riqueza como el de patrimonio, ya que distorsiona la estrategia fiscal de las autonomías. En opinión del economista, la supresión de facto por parte de algunas comunidades como Madrid o Andalucía del impuesto sobre el patrimonio podría entenderse en cierta manera como un fraude de ley. “Tú tienes un instrumento que te ha cedido el Gobierno para completar tus ingresos y le pones una bonificación del 100%. Es casi un fraude de ley”, señala.
Aunque ese problema se ha acabado después de que el Gobierno central impusiera un nuevo impuesto a las grandes fortunas que es complementario al de Patrimonio. Una vez que el Tribunal Constitucional ha avalado su legitimidad tras los recursos de gobiernos autonómicos, las comunidades donde Patrimonio estaba bonificado al 100% –Madrid y Andalucía– han anunciado que revisarán la citada bonificación. Es un movimiento que reducirá la competencia fiscal entre comunidades. Está por ver qué consecuencias tendrá.



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