EL DEBATE SOBRE LA POLÍTICA DE IMPUESTOS
La mitad de la población sale perdiendo con la competencia en tributos, según
el IEB
Una vista del distrito financiero
de Madrid. La comunidad ha atraído en los últimos años contribuyentes de rentas
altas gracias a su política fiscal Dani Duch
Eduardo Magallón, Barcelona 10/12/2023
Los cambios de
residencia fiscal en la búsqueda de una tributación más ventajosa incrementan
las desigualdades porque reducen la “la capacidad redistributiva de los
gobiernos”. El último IEB Report (elaborado por el Institut d’Economia de
Barcelona-UB) analiza las consecuencias que tiene para la economía los cambios
de domicilio fiscal de los contribuyentes con rentas altas.
Mathilde Muñoz,
profesora de UC Berkeley e investigadora del NBER, explica en un estudio que el
50% de la población con ingresos más bajos “salen perdiendo en la competencia
fiscal y siempre estarían mejor en una unión federal”. La estimación de la
autora es que “su pérdida de bienestar oscila entre un 10 y un 20% de media, en
función de las preferencias redistributivas”. En cambio, los contribuyentes que
se van “salen beneficiados de la competencia fiscal, porque sus impuestos bajan
con la movilidad provocada por la imposición cuando los países entran en un
régimen de competencia fiscal”.
En Suiza, la bajada de impuestos para atraer
contribuyentes ricos no derivó en un alza de la recaudación
El
análisis se basa en la competencia fiscal entre estados, aunque la casuística
puede ser similar dentro de un mismo país, como sucede en España. Isabel Z.
Martínez, investigadora del KOF Swiss Economic Institute de la ETH Zurich,
analiza lo que sucedió en el cantón suizo de Obwalden cuando en el 2006 el
gobierno regional modificó unos tipos impositivos decrecientes con el objetivo
de atraer a contribuyentes con patrimonios altos. “La reforma no incrementó los
ingresos”, sentencia en un artículo la economista. “Los ingresos fiscales
totales en Obwalden aumentaron con el tiempo, pero los ingresos por el impuesto
de la renta en otros cantones aún aumentaron más en comparación”, sostiene. En
el mismo trabajo y citando un informe anterior del 2010, Martínez recuerda que
“los diferenciales impositivos en España motivaron respuestas migratorias que
no fueron suficientes para compensar las pérdidas de ingresos mecánicas
derivadas del hecho de bajar los tipos impositivos”.
Rafael Granell, investigador del IVIE, señala que “es evidente que si se te van
de tu comunidad los que tienen renta más altas, tienes menos ingresos
públicos”. Y recuerda que los traslados de domicilio fiscal son muy fáciles
dentro de un mismo país.
La rebaja del bienestar de las familias
puede situarse entre el 10 y el 20%
Alejandro
Esteller-Moré, catedrático de Economía de la Universitat de Barcelona y
coordinador del último IEB Report, explica que “dentro de un país cuando hay
competencia fiscal entre dos comunidades autónomas al final hay una que pierde
y otra que gana”. O pueden perder las dos en algunos casos. Lo que sugieren los
estudios publicados por el IEB sobre Suiza o Estados Unidos –añade Esteller– es
que el territorio que baja tipos de tributación no consigue más recaudación
aunque lleguen más fortunas porque los impuestos bajan para todos. Y obviamente
el territorio que pierde contribuyentes obtiene menos ingresos también. “A
nivel de competencia entre países, puede tener un efecto positivo pero dentro
de un mismo Estado no”, añade.
“Entre las comunidades autónomas la competencia fiscal debe existir en unos
niveles razonables pero el problema es cuando entras en una competencia
agresiva, como pasa a nivel estatal internacional con países como Irlanda o
Luxemburgo”, reflexiona Jorge Onrubia, profesor de la Universidad Complutense
de Madrid e investigador en Fedea. ¿En España tenemos competencia fiscal agresiva? “Creo que sí”,
contesta, aunque matiza que hay un “pecado original” con la instauración de un
impuesto a la riqueza como el de patrimonio, ya que distorsiona la estrategia
fiscal de las autonomías. En opinión del economista, la supresión de facto por
parte de algunas comunidades como Madrid o Andalucía del impuesto sobre el
patrimonio podría entenderse en cierta manera como un fraude de ley. “Tú tienes
un instrumento que te ha cedido el Gobierno para completar tus ingresos y le
pones una bonificación del 100%. Es casi un fraude de ley”, señala.
Aunque ese problema se ha acabado después de que el Gobierno central impusiera
un nuevo impuesto a las grandes fortunas que es complementario al de
Patrimonio. Una vez que el Tribunal Constitucional ha avalado su legitimidad
tras los recursos de gobiernos autonómicos, las comunidades donde Patrimonio
estaba bonificado al 100% –Madrid y Andalucía– han anunciado que revisarán la
citada bonificación. Es un movimiento que reducirá la competencia fiscal entre
comunidades. Está por ver qué consecuencias tendrá.
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