Es el fin de una época. Después de más de una década, Portugal dejará de ser el paraíso fiscal de los extranjeros (en su mayoría jubilados y nómadas digitales) que por residir en el país gozaban de condiciones tributarias muy favorables.
El primer ministro,
Antonio Costa, declaró este lunes que a partir del 1 de enero del 2024 se
acabará con el trato fiscal privilegiado. “Ya no tiene sentido mantenerlo”,
afirmó, alegando que se trataba de una “injusticia”.
Lisboa quiere frenar la burbuja inmobiliaria y calmar las quejas de los
ciudadanos portugueses
Hasta ahora, cualquier
extranjero que quisiera adherirse al régimen especial (RHN) tenía la
posibilidad de pagar sólo el 10% de impuestos si era jubilado. En los últimos
dos años, se habían extendido estos beneficios también a los autónomos o
trabajadores cualificados (médicos, ingenieros, arquitectos...), que sólo pagan
un tipo fijo del 20% sobre sus ingresos.
Para disfrutar de
estas condiciones, bastaba acreditar haber residido más de la mitad del año en
Portugal. A cambio se tenía derecho a disfrutar de los servicios del Estado del
bienestar, como la asistencia sanitaria.
La idea, que nació en
2009 –se introdujo para atraer inversores y profesionales mientras Portugal
sufría la crisis financiera–, entró en vigor tres años después. Fue
parcialmente reformada en 2020 (hasta esta fecha ¡los jubilados pagaban el
0%!). No fue un éxito en sus inicios, pero sí consiguió muchos adeptos en
tiempos más recientes, con el auge del teletrabajo. Se estima que en el arco de
este período unos 10.000 extranjeros optaron por mudarse a Portugal por motivos
fiscales, según medios lusos. El número de españoles que declaran residir en
Portugal ha subido un 23% desde 2018 y llega a más de 15.000.
Entre los efectos
indeseados de esta medida, por un lado hay que descontar el malestar de la
población de nacionalidad portuguesa, que veía en esta ley una discriminación
por nacionalidad y una pérdida para el erario público, que en el 2022 se estimó
fue de más de 1.500 millones de euros.
Por el otro, el
atractivo de Portugal contribuyó a hinchar los precios de la vivienda, no sólo
por el interés de los europeos sino también de flujos de personas procedentes
de Arabia Saudí, China, Rusia o Australia.
El precio de la vivienda en Portugal ha aumentado un 78%
entre los años 2012 y 2021, cuando en la UE subió un 35%, según un estudio de la
Fundación Manual dos Santos. En ciudades como Lisboa, se registró un aumento
del 65% en los alquileres desde el inicio del auge del turismo en 2015.
El anuncio de Antonio
Costa se produjo dos días después de que miles de personas salieran a las
calles de Lisboa y otras ciudades de Portugal para protestar contra el aumento
de los alquileres y los precios de las viviendas avivados por la creciente
gentrificación y el turismo sin precedentes. Ante la escasez crónica de oferta
de vivienda disponible, el Gobierno ha decidido poner punto final a las vacas
gordas... salvo a los extranjeros que ya estaban sujetos con anterioridad a
dicho régimen. Para ellos, Portugal seguirá siendo el paraíso (fiscal).
La Vanguardia 03/10/2023
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