Entrevista a Jason Hickel
"Debemos satisfacer las necesidades
de las personas mientras a la vez atendemos las cuestiones ambientales"
Jason Hickel, antropólogo, escritor y profesor de
economía ecológica en el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals (ICTA-UAB)
ha publicado Menos es más (Capitán Swing), donde recoge un
amplio catálogo de propuesta para adaptar la economía a la crisis climática. Él
es un especialista en desigualdades sociales pero sus incursiones en el mundo
de la economía ecológica lo han convertido en un referente
¿Cómo debemos afrontar el cambio
climático?
Para detener el aumento de temperaturas en 1,5 ºC, los
países ricos, y cada uno de nosotros, tiene que reducir las emisiones muy
rápidamente. Y ahora mismo ningún país está en la senda para lograrlo y cumplir
el Acuerdo de Paris. La principal razón es que utilizan mucha energía; y cuanta
más energía se utilice, más difícil será descarbonizar la economía. Los
científicos tienen muy claro que estos países deben reducir su consumo de
energía, empezando por las elites. Y para conseguir estas reducciones en el
conjunto de la energía se tiene que reducir el tamaño de algunos sectores de la
economía perjudiciales para el clima
¿Como cuáles?
Por ejemplo, los coches SUV, la carne, las armas…Bajo
la perspectiva de la economía neoclásica dominante, todos los sectores
económicos deben crecer. Eso podría ser considerado normal y racional en otros
tiempos; pero en medio de una crisis climática como la que tenemos obviamente,
eso es una locura. Deberíamos decidir de forma democrática qué sectores se
deben reducir y cuáles deben crecer, por ejemplo las energías renovables, la
agricultura regenerativa, y en qué otros debemos decrecer.
¿Y qué actividades deben reducirse?
Deberíamos concentrarnos en reducir los sectores de
actividad que no son necesarios y consumen mucha energía; o en sectores que
están pensados para las elites pero que no para cubrir las necesidades reales
de las personas. Debemos dar respuesta a las necesidades reales.
O sea, hay que adaptar la economía al
cambio climático...
Debemos poner un tope al uso de recursos y energía que
se sitúen en los niveles deseables actuales e ir reduciéndolo cada año hasta
que volvamos a estar dentro de los limites planetarios que hemos rebasado. No
me parece una idea radical; a fin y al cabo poner límites a la explotación de
las personas es lo que ya se ha hecho incluidas las leyes del salario mínimo,
la legislación sobre el trabajo infantil y la regulación del trabajo el fin de
semana
Reivindica una economía de las personas.
Vemos esa necesidad también en España, con un 30% de paro juvenil; lo vemos en las dificultades para acceder a la vivienda, inseguridad alimentaria. Estos problemas se pueden solucionar en poco tiempo; simplemente se tendría que redireccionar la producción hacia bienes que las personas realmente necesitan. Debemos satisfacer las necesidades de las personas mientras a la vez atendemos las cuestiones ambientales.
¿Por qué no ocurre?
Estamos sometidos al imperativo del crecimiento; la
tecnología no se utiliza para hacer lo mismo en menos tiempo, sino para hacer
más en la misma cantidad de tiempo. Las empresas madereras equipadas con
motosierras no dejan que sus empleados salgan antes de trabajar y se tomen el
resto del día libre sino que les hacen talar diez veces más árboles que antes.
Dice en su libro que luchar contra la
desigualdad es una opción potente para reducir la presión ecológica.
Combatir la desigualdad hace disminuir el consumo de
alto impacto de productos de lujo por parte de los ricos y reduce el consumo
competitivo en el resto de la sociedad. Un estudio reciente prevé que solo los
millonarios van a consumir tanta energía y generar tantas emisiones de CO2 como
para “ocupar” el 72% del presupuesto de emisiones de carbono que nos queda, es
decir las emisiones que aún restan para evitar un calentamiento peligroso. La
dimensión de las clases sociales es aquí muy importante porque hay personas,
por ejemplos, que tienen dificultades para cumplir sus necesidades básicas.
Hay que disminuir las actividades que consumen mucha
energía y las que están pensadas para las elítes pero no para cubrir las
necesidades reales de las personas
Y habla de una economía ecológica.
Gran parte de la producción que es primordial para
nuestra existencia, no está incluida en la contabilidad nacional. No se incluye
el trabajo de los cuidados personales en el hogar (que aun recae principalmente
sobre las mujeres), no se consideran debidamente los daños ambientales y ahora
el impacto sobre la atmósfera, es decir, el daño climático. No se pagan las
consecuencias de las emisiones de gases. El incremento de la productividad no
se ha utilizado para liberar a los seres humanos del trabajo sino para
alimentar el crecimiento constante que solo beneficia a las elites.
¿Reduciría la jornada laboral?
Esa solución puede ofrecer un beneficio triple a la
sociedad: menos desempleo, más calidad de vida y menos presiones sobre el medio
ambiente
Usted habla de que se ha colonizado la
atmósfera.
Obviamente, la idea de la colonización de la atmósfera
no vino de mí; surgió en una reunión en Cochabamba, en Bolivia, en 2010, en el
llamado encuentro de los pueblos, y en donde se apunta esta idea. Fueron los
primeros en utilizar la idea de la colonización de la atmósfera.
Pero usted resalla en su libro la
diferente responsabilidad de los países respecto al cambio climático.
Explíqueme…
Lo primero que hay que reconocer es que los países
ricos tienen la mayor parte de la responsabilidad por haber causado el cambio
climático.
¿Pero quién debe asumir esos costes de
compensación?
Efectivamente, hay que prestar atención a las grandes
desigualdades de clase dentro de las naciones. La responsabilidad del exceso de
emisiones recae en gran medida en las clases adineradas, que tienen un consumo
muy elevado y ejercen un poder desproporcionado sobre la producción y la
política nacional. Son ellas las que deben asumir los costes de la
compensación.
¿China debe pagar o recibir compensaciones?
Obviamente, debemos considerar que China es un país
muy grande. Cuando miras su responsabilidad histórica per capita es muy baja
porque hay mucha gente; es muy diferente a la situación de los países ricos. Si
pensamos que China puede llegar a la neutralidad climática en el 2050 o 2060,
como se ha planteado como objetivo, y si haces la contabilidad global, pueden
concluir que no habría superado los límites de lo que se puede considerar su
contribución justa en relación al objetivo del 1,5 ºC mientras que sabemos que
los países ricos ahora mismo ya han superado ese umbral. Eso no quiere decir
que los países del sur no deben descarbonizarse; todos lo deben hacer. Pero
está claro que algunos países tienen más responsabilidad que otros.
¿Quién debe pagar, los países o las
personas más adinerados?
El concepto nacioncéntrica ya no es adecuado. La
realidad es que las elites del Sur global también emiten mucho y son un
problema en este sentido. Pues deben ser las elites, aquí en España
también, pues son las que controlan el capital financiero y productivo. La idea
fundamental de este proceso de compensación es que estas moviendo poder y
recursos desde las elites hacia las personas; desde el capital hacia las
personas.
Instalación de un tejado solar en la factoría en Soemmerda,en Alemania, el 14 de junio de del 2023
¿El capitalismo es el responsable del
cambio climático?
Sí, pero hay que hacer una distinción porque la gente
cuando piensa en el capitalismo tiende a pensar en los mercados, en el comercio
y demás. Pero estas son actividades que se vienen llevando a cabo desde hace
miles de años. ¿Qué es el capitalismo?
¿Qué es?
Este es un sistema donde la producción está dominada
por las elites, por el capital, por ese 1% que controla los mercados
financieros y por lo tanto la producción. Vemos que la motivación que le mueve
no es satisfacer las necesidades humanas, sino la acumulación de capital y la
obtención de beneficios. El resultado es que tenemos formas muy perversas de
producción, y tenemos sectores de alta rentabilidad, con un retorno muy alto en
forma de capital. Y no se invierte en otros sectores, como viviendas sociales,
servicios públicos o energías renovables que a veces no son tan rentables.
Combatir la
desigualdad hace disminuir el consumo de productos de lujo, de alto impacto
ecológico, y reduce el consumo competitivo en el resto de la sociedad"
¿Y qué papel juegan las políticas
sociales?
Son clave. Quiero enfatizar muy claramente las
políticas sociales que son necesarias. Cuando pido servicios públicos
universales y garantía de empleo no lo digo como algo "extra", sino
que son fundamentales. Sin estas políticas sociales no puede haber política
ecológica. Es urgente que el movimiento ecologista asuma las demandas de las
políticas sociales, y así llevarlas a las clases trabajadoras y a los
responsables de los sindicatos junta. Este es el tipo de alianza política que
será necesaria. Y podría ser una plataforma política muy popular.
Usted destaca en papel que deben
desempeñar las energías renovables. ¿El crecimiento verde es una solución?
Hay que tener en cuenta que cuanto más crecerla
economía, más energía consume, con lo cual es más difícil y lento descarbonizar
la economía. Y a la vez, eso supone más agotamiento de recursos, y más
extracción de tierras y materiales para producir turbinas. Y muchos de estos
materiales son extraídos en el sur global y vienen de allí con unas relaciones
muy desiguales. Las energías renovables son importantes y las necesitamos para
la transición. No obstante, por si solas no son la solución, puesto que
necesitamos reducir le consumo total de energía.
Barcelona 18/06/2023
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